No por casualidad la Ghana de hoy fue una vez llamada la Costa de Oro. Cuando los primeros colonizadores desembarcaron encontraron una tierra rica en recursos como bauxita, manganeso, diamantes, petróleo y, el más popular de entonces y de ahora, oro.

En 1957 el territorio conocido como la Costa de Oro obtuvo la independencia y el nombre de Ghana. El petróleo es uno de los factores que impulsan el crecimiento económico, no obstante es el oro amarillo y no el negro, el auténtico sostén de la economía nacional, clasificado segundo en producción de oro en toda África, suponiendo el 38% del total de las exportaciones nacionales. El país está sentado literalmente sobre una mina de oro.

A pesar de ello, la caída de los precios del oro de hace pocos años en el mercado internacional llevó a un recorte de presupuesto en las casi 20 minas de oro del país repartidas por cuatro regiones, en las que más de 30.000 mineros fueron despedidos. La misma cifra se aplica a las regiones afectadas, cuyos habitantes han tenido que encontrar trabajos alternativos o mudarse a otras regiones.

El gobierno está decidido a tomar medidas para arreglar la situación. Para ello, la Unión Africana recordó la intervención del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial cuando la minería de oro necesitaba atraer inversión extranjera, que satisfactoriamente se tradujo en proyectos de gran escala, propiedad sobre todo de multinacionales, haciéndose un hueco así el país en el mercado internacional. 

La medida estaba destinada a atraer inversión, no a desarrollar la economía nacional. Las compañías de minería de oro aprovecharon los recursos hasta que se convirtió en un pulso entre éstas, el gobierno y la Unión Africana. Mientras que la Unión busca utilizar los recursos mineros para impulsar el desarrollo y traer beneficios reales al país aumentando las tasas de las compañías, el gobierno, según el portavoz, no se atreve a dar un paso por si así espanta la inversión extranjera provocando más despidos.

La Unión Africana se apoya en el ejemplo de Níger que el año pasado consiguió mejores términos para los locales, y está determinada a dejar a un lado las debilidades del gobierno y alcanzar acuerdos con las compañías. Este acuerdo no será decisivo solo para la economía nacional, sino para la producción de oro global. Según los expertos, todo grano de arena cuenta en el mercado internacional para el establecimiento de los precios del oro.

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