Estamos rodeados de todo tipo de información, y lo más probable es que no seas la única persona en la página de tus amigos que hable de negocios o promocione algún producto. Si solamente compartes información sobre tu negocio, podrías provocar la pérdida de interés, que desactiven tus publicaciones o incluso que te eliminen.

Como mencionado anteriormente, las páginas de redes sociales tienden a estar repletas de todo tipo de información y ofertas. Por tanto si publicas continuamente sobre tu negocio la reacción de tus amigos y conocidos acabaría siendo indiferente ante cualquier información que publiques.

Incluso las personas que tienden a unirse a todo tipo de grupos en las redes sociales podrían sentirse incómodas si las invitaras a un grupo del que no saben nada “¿Y si es spam o algo que no me interesa en absoluto?” La gran mayoría abandonarían el grupo. Por eso antes de invitar a nadie, hay que saber si estarían interesados.

Lo mismo ocurre con los mensajes privados. Escribir mensajes a gente que apenas te conoce invitándolos a desarrollar un negocio no es una buena estrategia. No basta con ofrecer el negocio simplemente, hay que conocer a la persona y allanar el terreno para poder presentarle la oportunidad.

¿Qué comentarios esperas ver cuando haces una publicación? Por supuesto, comentarios relacionados con el tema de la publicación. Los comentarios no relacionados con el tema pueden considerarse spam o eliminarse directamente, creando además una imagen negativa de ti y de tu negocio.

Olvídate de forzar a la gente a unirse al negocio. Hay que saber diferenciar entre “imponer” el negocio a la gente y ser perseverante cuando se ofrecen bienes y servicios. La segunda opción deja al cliente potencial la opción de elegir sin sentirse abrumado y pudiendo barajar las opciones.