Una sola presentación no vale para todas las situaciones. Recuerda que hacer una presentación del negocio en frente de 50 personas es muy distinto de, por ejemplo, una reunión con alguien en una cafetería. Ten presentes las necesidades de tu audiencia y adapta tus presentaciones según el público.

La gente se equivoca cuando piensan que una buena presentación tiene que tener muchas estadísticas, tablas o diagramas. Es cierto que los gráficos son útiles, pero poner más no hace que la presentación sea más profesional.

Una presentación de 15 minutos pero directa al grano es mucho mejor que una presentación repetitiva de una hora.

Tendemos a percibir y a memorizar la información mejor si es visual. Utiliza imágenes de estilo similar y acompáñalas de un par de frases o unas pocas palabras.

Es posible que parte de tu audiencia piense que tu presentación es aburrida. Por eso es por lo que tendrás que romper el hielo. Intenta crear un ambiente ameno, por ejemplo, empezando tu discurso con una broma. Esto hará que tu audiencia se relaje.