3 Etapas Clave: Haz una Presentación del Negocio Perfecta

Si quieres éxito, tienes que construir un gran negocio. Si quieres construir un gran negocio, necesitas gente. Si quieres invitar a gente, ¡esto es lo que tienes que hacer!

¡Descubre qué hacer antes, durante y después de cada presentación!

Antes: Descubre sus sueños y metas

¿Por qué? Si sabes exactamente qué quieren conseguir tus prospectos, podrás enfocar las presentaciones del negocio de una manera más personal.

Ejemplo: ¿Necesitas dinero ahora? Haz un pedido. ¿No tienes mucho dinero? Tenemos distintos prepagos. ¿Quieres ahorrar para tu futuro? Compra lingotes de oro.

¿Cómo? ¡Haciendo preguntas! Tienes que ser tan bueno preguntando como escuchando, porque quien hace las preguntas controla la conversación.


Durante: No vendas, ni metas presión

¿Por qué? Porque meter presión para entrar en el negocio o comprar el producto NUNCA funciona. Es un grandísimo error. Harás que tus prospectos se sientan incómodos y después contarán a otros lo poco profesional que sois tu compañía y tú.

Ejemplo: Imagina que alguien te recomienda una película. Si te dice: “¡está genial, creo que te encantará!”, te puede interesar e irás a verla. Si por el otro lado se pasa día y noche repitiendo lo maravilla e increíble que es, probablemente te molestará y no querrás volver a oír hablar sobre la película.

¿Cómo? Educa, no vendas. Cuenta las ventajas del producto y de tu negocio y porqué es la solución de sus problemas. No intentes vender nada a tus prospectos y tendrás más credibilidad.


Después: No te lo lleves a lo personal

Si te dicen que sí, ¡genial! Pero si te dicen que no, no te lo tomes a mal.

¿Por qué? Si se han llevado una buena impresión de ti, incluso si te dicen que no algún día pueden reconsiderar tu oferta y te acabarán llamando. Además, pueden llegar a recomendarte a algunos de sus amigos. Y por supuesto, hablarán bien sobre ti y sobre la compañía.

¿Cómo? Sé amable y sonríe durante la presentación del negocio y, al final, dale las gracias por dedicarte su tiempo. Sigue en contacto con todos los clientes potenciales que te digan que no por si alguna vez cambian de idea.


¿Y ahora qué? ¡Sigue trabajando porque los números no mienten!

Si repites esto una y otra vez con el suficiente número de personas invitarás a muchos clientes.

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